así no más como viniste
te nos fuiste, tata Mario,
nos dejaste el obituario
y a la Paulina tan triste.
la premura del llamado
me impidió decirte "suerte!
ten por cierto que la muerte
no emborrona tu legado!"
viejo lindo y taciturno,
hoy en Socos el oleaje
te aguarda poniendo el traje
que te vestirá, nocturno.
esas aguas, hogar claro,
esperando tus cenizas,
con cantitos y sin misas,
con la Walda te aguardaron.
y ahí vas, como es debido,
tras tu página postrera,
y brindamos, en la espera,
"a tu salud, Mario querido!"
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