1/2/08

• Una historia singular



















por tucúquere

De payas un desafío
entrando un nuevo perico,
y que el loco cierre el pico
que ya llegué al caserío
pa que l'entre escalofrío...
Que hable de una doña quieren
d'esas que matan y hieren,
yo conozco más de una
hembrita, macha, perruna,
¡torpes los que no las quieren!

Y mi historia no es na' trucha,
es la vida simplemente,
me he pasao pa caliente
hurgueteando en cuanta chucha
cacheteándolas piluchas...
Porque dígame usté amigo
si no es cierto lo que digo;
resistirse es imposible,
si se cae es comprensible,
traigo a Dios como testigo.

Se lo estoy diciendo, mijo,
que la mujer es oscura,
tanto más que su abertura...
que no hay hombre por prolijo
que no rompa el acertijo
pa llegar a lo más hondo.
Entonces, aquí cachondo,
vengo a contarle mi cuento
ya sin llanto ni lamento
porque ya he tocado fondo:

Una noche de pandilla
en el puerto era la toma,
pude olfatearle el aroma;
mi suerte de pacotilla,
!no hay ring de cuatro perillas!
Valparaíso de noche,
entre botellas y boche,
no se fija en ningún gasto,
-písesela ahí en el pasto
mi compadre, sin reproche.

Me palabreó a quemarropa:
-que si usté a ella la conquita,
sin que nadie a mí me insista
haré que brinden las copas.
-Sólo déjéla sin ropa
y que el niño haga la pega.
-Póngale nomás colega
pues acá es a la viroca,
y al que le toca le toca
y al que le llega le llega.

Me acerqué a esta muchacha,
ay sus labios que rezan,
!ay! sus labios que besan,
entre merengue y guaracha
quería puro echar cacha.
Total me miró a los ojos,
los míos, de pito rojos...
nos gustamos al instante,
y yo, cuan vago atorrante,
mi deseo desalojo:

-Andemos juntos pa'l cerro,
pa'l paseo yugoslavo,
ya de pisco estoy bravo...
allá arriba le suelto al perro,
y con suerte se lo entierro;
solamente estar dispuesta
antes de subir la cuesta,
porque entre árbol y cuneta
yo le chanto la corneta,
y hasta se la dejo puesta...

-¡Ay! mi guachito escamoso,
no se me ocurre qué decir,
acepto con usté subir,
aunque ande muy ansioso
igual lo creo animoso...
Del resto pa' qué le cuento,
nos quedamos sin aliento...
de polvo en polvo nos fuimos,
no sé ni cuanto estuvimos,
en el esfalto purulento...

A mí me dentró violencia,
el acohol y su belleza
combinado con la presa,
de sus pechos la cadencia
en la humana diligencia:
tanta alegría no he visto
en la boca de una amante
gozadora alarmante,
del sexo un anticristo
que me engrupió de improvisto...

¿De dónde salió Afrofita?
¡incredible la cabrita!
su cabello en espesura,
de franela su cintura,
de manteca su arañita.
-Fugándosele San Pedro
angelitos sin desmedro,
de piernas aventureras,
de inabarcables caderas,
ahí, en la plaza del cedro...

Es que no era na' el campo iñor,
era en las calles del puerto
donde atracó el chino tuerto...
y niún vecino capeador,
despertó con nuestro candor,
sólo un gracioso taxista
rebosante, voyerista,
estacionado nos sapeaba
nuestra cacha yugoslava
sin perderse una arista;

Pero nunca se me achunchó
ni la mina ni la tula,
momentos de pura gula,
pobre mi niña, ¡¡¡se envició!!!
y dos meses se me pegó.
Polvo como ese no he tenido,
aunque otras después han venido,
su olor lo llevo en el alma,
como el de Manuela Palma
que es de todos conocido.

Así que amigo payador
aquí se acaba esta cuestión,
que esto es cierto, no actuación,
se lo firma el mismo autor...
no le de tanto color
porque vengo entrando al reto,
si te agachai te lo meto
pues como mi paya no hay,
dicen todos, puchacay
se las sabe por libreto.

-Que si está güena la publico
Ceballos a mí me dijo,
entre tanto lagartijo
que anda cantando villancico,
yo hablo de zorra y pico
y la lengua me la afeito
pa' dentrar en este pleito,
podrán tratarme de punga,
Pero ¡ura! que le doy sandunga
y a todo el mundo deleito

Me voy con mi historia a cuestas,
mientras espero a mi shina
pues esta si que es divina...
y con las bolas bien puestas
y las palabras traspuestas,
hace mucho que la espero...
soy de carne no de acero
ya no aguanto más un día
d'esta mi triste agonía
cuan conejo sin agujero.


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